Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
Desde su primer libro, Hasta en las mejores familias (1975), Zapata ha venido observando con agudeza e iron?a los ritos y costumbres de la clase media mexicana, y transformando a sus instituciones venerables, al orgullo de sus prejuicios, en la materia primordial de un abigarrado cuadro de parodias y pastiches donde concurren la precisi?n est?listica y el desenfado de la iron?a. La familia, referente inevitable en la tradici?n del melodrama mexicano, tiene en este narrador guerrerense a uno de sus cronistas m?s perspicaces.Si en El vampiro de la colonia Roma las " cacer?as nocturnas del amor urbano" configuran el tetrato memorable de un amoroso marginal como h?roe de la picaresca moderna, en la presente novela Zapata precipita a su protagonista barthesiano en una marginalidad extrema, la del amoroso como un animal desollado en vida. Jos? Joaqu?n Blanco afirma en la presentaci?n : "El amoroso de En jirones, independientemente de su opci?n homosexual -aunque, desde luego, agravados los filos del peligro por la experiencia de la persecuci?n y del desprecio circundantes-, est? hecho para la pasi?n como para una fatalidad, al menos en el tiempo que ocupa la novela. Afina su amor como una obra de arte; es un artista de la vida cuyo amor es su obra suicida: su obra maestra.