Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
Existen muchos libros con el tema del embarazo, pero ninguno como éste: no se trata de una celebración sino de la detallada crónica del horror cotidiano al que se ve expuesto su protagonista cuando se entera de que va a ser padre. Escritor en ciernes y curtido en el arte de ser despedido del trabajo, Daniel encarna al clásico perdedor, aquel que no puede ni quiere tomar las riendas de su vida, y cuya defensa es el cinismo. Cuando se ve en pijama, desempleado y convertido contra su voluntad en un ama de casa, su único recurso es aferrarse con uñas y dientes al macho que ya no puede ser.