Ensayos de homenaje en el primer centenario del nacimiento del filósofo español, que abordan diversos aspectos de la obra de Ortega. Los cuatro trabajos dibujan con rigor algunos de los horizontes centrales del quehacer filosófico hispánico en el mundo actual.
La mayor parte de la obra de Santiago Rebull, que apenas rebasa el centenar de cuadros, se ocupa de asuntos religiosos, sobre todo en sus primeros años, cuando aún era estudiante. En su vida profesional se dedicó más al retrato, si bien incursionó, en menor medida en temas históricos. En éstos desarrolló lo mejor de su obra, como puede constatarse en los murales que toman de la mitología sutiles desnudos femeninos, en su paisajes y en la pintura de género. Sus descendientes han conservado ua serie de retratos al óleo y, en mauoría de los caos, los estudios a láíz que los precedieron.La obra de Santiago Rebull continúa vigente. La calidad plástica de sus dibujos y óleos nos hablan no sólo del mundo pletórico de conocimientos y creatividad que distinguió al mejor romanticismo mexicano, sino además de una vida plenamente entregada al arte.