Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
Una niña descubre su primer escenario a oscuras, Heidegger, modela un bosque invisible para pasear sereno y apasionado, mientras dialoga. San Juan de la Cruz cuanta con una imposible, impronunciable, entre Alma y el esposo, en la parte izquierda de sus cuadernos un gesto desesperado de contrición, una búsqueda de lo imposible. La pitia en Delfos recita el espectáculo que sólo ven los dioses, el del futuro. Nuestro cerebro hace del mundo un teatro imaginado.Hay escrituras que construyen toda una escena tangible a través de las palabras encarnen las ideas, las emociones, los recuerdos y las premoniciones ante nuestra mirada sorprendida y casi en presencia nuestra.En este libro de ensayos y ficción, Carmen Leñero explora la teatralidad implícita en diversos textos filosóficos, poéticos, narrativos, y proféticos, donde la palabra intenta recuperar el silencio, único ámbito en que podemos realmente conocer lo que sucede.