El autor sostiene que la economÃa y la literatura tienen puntos de contacto y para demostrarlo aborda los siguientes temas: el origen histórico de la filosofÃa y del dinero acuñado, asà como la postulación bivalente que afirma que las palabras señalan cosas concretas y que el dinero implica la posibilidad de obtener bienes si aceptamos que la literatura es valorable.
Yo soy Barba Azul, caso había olvidado que mi nombre se escribe con dos palabras, que soy dueño de este recuerdo y que en la cartera guardo el retrato de todas las mujeres que he amado.