En 1797 aaprecio en Holanda La nueva Justine o las desgracias de la virtud, seguida de la historia de Juliette, su hermana, Escrita por Donatien Alphonse Frocoise de Sade, esta monumental obra horrorizo al mundo como ninguna otra historia de la literatrura.
Cuando imaginamos este libro queríamos que chicos y mayores pudieran abrir las ventanas de su mente para escuchar las voces de personas que desde hace muchos siglos han poblado el planeta entero. Y como queríamos que el mundo visitara las mentes de nuestros lectores, tuvimos que hacerle un poco de espacio a cada uno de los cinco grandes continentes: América, África, Europa, Asia y Oceanía. Las características de cada una de estas enormes extensiones de Tierra han movido a sus habitantes a imaginarse distintas explicaciones sobre el pedazo de Tierra que los rodea.Muchas de esas explicaciones se fueron contando de padres a hijos, de mayores a chicos, y tomaron la forma de narraciones de sucesos. Ahora necesitamos imaginarnos un mundo en el que no había medios de transporte para hacer largos viajes, y donde tampoco había otras formas de pasar información más que repetir lo que se había aprendido de memoria. No había libros, ni teléfonos, ni televisión; no se había inventado el cine, las computadoras, los celulares ni los videojuegos.Las leyendas llegaron así hasta nosotros: por medio de sabrosas pláticas con las que hombres y mujeres de todas las regiones del mundo comprendieron su entorno y buscaron enseñárselo a sus hijos.