Marc Slonim proporciona una admiorable introducción pqara los que se inician por los caminos de la novela, el cuento, el teato y la poesÃa rusos y un recordatorio vivificante para los viejos entusiastas de la gran riqueza de esta literatura y de sus más altos representantes.
Así como un hijo agradecido con sus padres no encuentra mejores seres en la vida y busca homenajearlos de cualquier forma, lo mismo ocurre con ciertas personas que, sin haber nacido en un pueblo, el solo hecho de que lo haya visto crecer profesionalmente o simplemente como persona, lo impulsa a escribir las bondades que dicho lugar le ha otorgado a su vida.