Elemento indispensable en la formación de toda persona culta sigue siendo hoy el conocimiento de las letras clásicas. El autor traza aquà un panorama de la literatura latina sin omitir nada esencial y dando una clara idea de las figuras y corrientes.
Hubo un tiempo no lejano en que los cines eran vastos navíos que cobijaban a los espectadores en su perpetua invitación al viaje. El autor desde ese libro fue uno de los últimos que trataron a esa raza extinta.Desde su nacimiento, el cine y sus inmediatas mitológicas han movido la pluma de numerosos escritores, la peculiaridad de estos poemas es el tonto íntimo, virilmente amoroso, con que Francisco de León se aproxima a las salas y seres, nombres y criaturas. Si el sueño es una segunda vida, como quería el romántico, el cine es una realidad más noble del otro lado del espejo, una forma de vivir el heroísmo, el gozo, o el sufrimiento de los otros.Cada poema de este libro busca y logra perpetuar el sueño interminable, la función que exige el amparo de la sombra.