Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
En el Epílogo que prepara Graves para Adiós a todo eso, su breve autobiografía escrita en 1929, se lee: ?Nancy y yo nos divorciamos.
Volví a casarme, tuve cuatro hijos mas, gozo de buena salud, viajo lo menos que puedo, y continúo escribiendo libros.
A la edad de treinta y cuatro años Graves dio la imprenta un repaso temprano de una vida dedicada a las letras y a su país , es un recorrido lleno de vivencias en la provincia inglesa , en los internados escolares , en el servicio militar y , sobre todo , de la terrible experiencia que vivió durante la primera guerra mundial.
Adiós a todo esto está entre las mejores bibliografías del siglo XX, espléndidamente traducida en esta edición por Sergio Pitol.