Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
La mirada queda deten?a en volcanes, ventanas, patios y jardines, aparentemente en movimiento, hasta los objetos que componen la atmosfera de un espacio intimo. Destellos en un muro, entre floreros o frutas que multiplican formas, otra vez, de espacios: all?, la claridad es excesiva, pero tambi?n el resplandor de diversos colores, deslumbra en un recorrido desde el l?mite de la somnolencia hasta la temperatura de la ternura. Estos esplendores luminosos son caracter?sticos de la pintura de Vicente Gand?a, por ejemplo en la serenidad po?tica de Silla de El oscuro esplendor (1994) En el jard?n (1988) o en la lectura seductora de El oscuro esplendor (1994).La experiencia art?stica de Vicente Gand?a es una experiencia de los l?mites, y en cierta manera un intento de interrelaci?n o de transgresi?n de los mismos. Un estilo que se basa en la simplicidad de los objetos, en la eliminaci?n de los excedentes ret?ricos de la pintura, en su obra destaca la modulaci?n de los espacios y la orquestaci?n de lo no dicho, de lo descubierto a trav?s del arte. Gand?a ha domesticado el pincel y la naturaleza de sus cuadros, el espacio del universo.