Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
La discusión sobre el periodo del Holocausto las décadas de 1930 y 1940 ocupa más de la mitad del libro. En las siguientes páginas he analizado ampliamente la Shoá (la catástrofe), sin restringirla a la fase posterior a enero de 1942, fase de la liquidación sistemática que los nazis llamaron solución final, sino incluyendo el periodo completo de la persecución judía tanto en Alemania como, más tarde, en las tierras conquistadas por los nazis - que comenzó con la toma del poder por parte de Hitler en 1933