El autor sostiene que la economÃa y la literatura tienen puntos de contacto y para demostrarlo aborda los siguientes temas: el origen histórico de la filosofÃa y del dinero acuñado, asà como la postulación bivalente que afirma que las palabras señalan cosas concretas y que el dinero implica la posibilidad de obtener bienes si aceptamos que la literatura es valorable.
Aunque tiene nobles antecedentes, el tanque de natación es una invención tan reciente como el ferrocarril, como la fotografía. Como aquellas tecnologías, implica además (o tal vez debería decir: significa) la toma de posesión por el hombre de un elemento natural: el agua. Lo sabíamos antes de Gaston Bachelard -aunque el filósofo francés nos ayudó a comprenderlo-: el agua en libertad, en movimiento o estancada, ha sido un detonador de fobias arcaicas incrustadas en la psique occidental que obligaron a instrumentar medidas de control.