Elemento indispensable en la formación de toda persona culta sigue siendo hoy el conocimiento de las letras clásicas. El autor traza aquà un panorama de la literatura latina sin omitir nada esencial y dando una clara idea de las figuras y corrientes.
Originadas en la sociedad medieval, las cofradías fueron comunidades voluntarias y autónomas que funcionaron como espacios de poder para unos pocos elegidos, como centros para practicar la fraternidad y la caridad cristianas y como dispensoras de una serie de beneficios sociales. Gracias a estos servicios y a la dimensión asociativa, rápidamente se propagaron por todo el mundo cristiano. La importancia de estas hermandades fue tal que a finales del siglo XVIII se reportaron casi doscientas en la Ciudad de México, las más acaudaladas y afamadas contaron entre sus filas a virreyes, oidores, regidores y miembros del consulado.