Marc Slonim proporciona una admiorable introducción pqara los que se inician por los caminos de la novela, el cuento, el teato y la poesÃa rusos y un recordatorio vivificante para los viejos entusiastas de la gran riqueza de esta literatura y de sus más altos representantes.
Para Geney Beltrán la desventura es la marca de la cotidianeidad: el trabajo, la familia, la pareja, no son más que distintos escenarios de una soledad multitudinaria. Estos cuentos son un esmerado examen de las pesadillas a las que nos acostumbramos y un elogio de la alicinación como vehículo para escapar de esa otra locura.