Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
Son pequeños artefactos que hacen alusión a los juguetes de infancia y a partir de estos juguetes un poco demenciales intento meterme en la exploración acerca de la memoria, hay diferentes ramificaciones, es un poco caleidoscópico el libro, pero básicamente es entrar a la memoria por la vía de estos artefactos inverosímiles, juguetitos que son invenciones que me sirven para explorar esos lugares desconocidos de la memoria.
Leonardo Sanhueza.
Premio Internacional Manuel Acuña de Poesía en Lengua Española (Pimaple) 2015.