Marc Slonim proporciona una admiorable introducción pqara los que se inician por los caminos de la novela, el cuento, el teato y la poesÃa rusos y un recordatorio vivificante para los viejos entusiastas de la gran riqueza de esta literatura y de sus más altos representantes.
Con el montaje de La sangre de Antígona hoy, la Compañía Nacional de Teatro recupera sobre el escenario la voz viva de un gran poeta injustamente ausentado. Con ello nuestro teatro se hace justicia a sí mismo, porque es justo en estos días, cuando nuestro país se debate en la decisiva batalla entre civilidad y barbarie, que la indignación de Antígona es más necesaria que nunca.