Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
En este libro se recupera una importante faceta de la fotocrítica mexicana de mediados del siglo XX. Se centra fundamentalmente en los textos de Antonio Rodríguez Díaz Fonseca, periodista, escritor, historiador, crítico de arte y humanista portugués, para dar cuenta de su trabajo desarrollado al lado de los fotógrafos de prensa de esos años.
Para darles un mejor lugar en la escala profesional a los artistas de la lente, en 1946 Rodríguez organizó un concurso-exposición de trabajos de los fotorreporteros que se presentó en el Palacio de Bellas Artes, con el apoyo de la revista Mañana, dirigida por Regino Hernández Llergo, y con Enrique Díaz Reyna como el representante de la Asociación Mexicana de Fotógrafos de Prensa. Asimismo, Rodríguez realizó una serie de entrevistas que fueron publicadas en la revista ?Mañana? y que ahora se presentan de manera conjunta en este libro.
Rodríguez quiso realizar una segunda edición del concurso en 1951, pero la situación política lo impidió. Fuer Antonio Robles, compañero de Antonio Rodríguez, quien continuó y concluyó el trabajo. Su testimonio también se transcribe en este libro.
Para comprender el origen y destino de estos documentos, se ofrece una biografía laboral y política de Antonio Rodríguez que, sin pretenderlo, abrió vetas de información sobre los intersticios del poder, del comunismo y de las persecuciones; una historia que es apasionante por emerger del entorno de las migraciones políticas de las guerras europeas.