El autor sostiene que la economÃa y la literatura tienen puntos de contacto y para demostrarlo aborda los siguientes temas: el origen histórico de la filosofÃa y del dinero acuñado, asà como la postulación bivalente que afirma que las palabras señalan cosas concretas y que el dinero implica la posibilidad de obtener bienes si aceptamos que la literatura es valorable.
Todo esta bien recrea el improbable intento de suicidio de una mujer de apellido Hernández a mitad de su jornada de trabajo en una amodina oficina. Luego de su frustrada tentativa, Hernández debe responder preguntas para llenar el formulario de un burocrático informe del suceso, lo cual se convierte en el medio para exponer la banalidad de una existencia sostenida apenas por íntimos anhelos y oscuros pecados.