El autor sostiene que la economÃa y la literatura tienen puntos de contacto y para demostrarlo aborda los siguientes temas: el origen histórico de la filosofÃa y del dinero acuñado, asà como la postulación bivalente que afirma que las palabras señalan cosas concretas y que el dinero implica la posibilidad de obtener bienes si aceptamos que la literatura es valorable.
La palabra es un reflejo importante de la visión que cada cultura tiene de su realidad. En el espacio oral en el que se pueden apreciar las emociones, sentimientos, frustraciones e incluso cuestiones de jerarquías y de marginaciones. Por ello, y a pesar de su negación, parte importante son los juramentos, blasfemias, conjuros, expresiones de doble sentido, relatos jocosos, maldiciones, burlas, invocaciones, disenso, etcétera, que parecen tener fácil entrada en las sociedades que viven pendientes del decir y del hacer de los otros.
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Revista de el Colegio de San Luis Nueva Época Año VI, No. 12