Marc Slonim proporciona una admiorable introducción pqara los que se inician por los caminos de la novela, el cuento, el teato y la poesÃa rusos y un recordatorio vivificante para los viejos entusiastas de la gran riqueza de esta literatura y de sus más altos representantes.
Varias generaciones de estudiosos, artistas y meros observadores se han detenido en esta representación del dios tutelar de las flores, la fertilidad, la nobleza, la poesía y el canto entre los mexicas. En su postura, sedente y contemplativa, se revuelve todo un universo de sentidos. Es una sólida presencia real a punto de emprender partida, o hasta el vuelo; es a la vez metamorfosis e inmovilidad.