Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
La mañana del 10 de marzo de 1926, un hombre que afirma padecer amnesia es arrestado por robar en un cementerio de Turín. Tras ser declarado un peligro para sí mismo y para los demás, lo ingresan en el manicomio turinés de Collegno. Al poco, en La Domenica del Corriere se publica una foto del desmemoriado bajo el titular «¿Quién lo conoce?». Esposa y allegados no tardarán en identificarlo: es Giulio Canella, profesor universitario desaparecido en la guerra. Sin embargo, pruebas irrefutables, entre ellas las huellas dactilares, lo identifican como Mario Bruneri, tipógrafo turinés perseguido por robo y estafa. ¿Quién es en realidad? ¿Acaso finge amnesia para evitar la cárcel? ¿Hasta dónde están dispuestos a llegar sus familiares en la batalla legal que se desata? Sciascia ofrece una lúcida reflexión sobre la identidad al tiempo que reconstruye con agudeza los hechos verídicos del juicio Bruneri-Canella, que, convertido en un «teatro de la memoria» y de los engaños del recuerdo, conmocionó a toda Italia.