Marc Slonim proporciona una admiorable introducción pqara los que se inician por los caminos de la novela, el cuento, el teato y la poesÃa rusos y un recordatorio vivificante para los viejos entusiastas de la gran riqueza de esta literatura y de sus más altos representantes.
Quien esté familiarizado con las novelas de Gaddis conoce el alcance de su inteligencia, de su lucidez; una sagacidad y una capacidad de penetración que el lector hallará también aquí en toda su magnificencia. Baste como ejemplo el texto que da título al libro, donde lanza sus dardos a la cultura del éxito de su país, a esa unión entre ética protestante y capitalismo que da lugar a la idea tan perversa como falsa de que quien es pobre lo es porque lo merece y que los más favorecidos son también los más virtuosos. El escritor, la literatura, también caerían del lado de los perdedores, de los relegados, de los rezagados en la implacable y ciega carrera del progreso hacia ninguna parte, pero desde esa posición marginal podrán señalar las fallas y miserias de un sistema abyecto e injusto.