Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
En 1970 Michel Foucault sucedió a Jean Hyppolite en el Collage de France donde se hizo cargo de la catedra de Historia de los Sistemas de Pensamiento El orden del discurso fue su lección inaugural Preocupado siempre por las complejas relaciones entre el saber y el origen del poder Foucault resumió en este texto el núcleo de sus investigaciones y adelanto todo un programa futuro de trabajo A través de un minucioso análisis de las variadas formas de acceso o de las prohibiciones y tabúes a la palabra de la marginalidad de determinados discursos la locura la delincuencia o la controvertida voluntad de verdad de la cultura occidental este opúsculo consigue poner de manifiesto la inquietante fragilidad de categorías filosóficas aparentemente sacrosantas como las de sujeto conciencia e historia A casi cincuenta años este polémico y ejemplar discurso mantiene toda la espontaneidad creadora de una autentica obra filosófica