Alfonso Reyes dijo de Goethe que si pecó por algo fue por querer aplicarlo todo al alcance de los sentidos, negándose a la mano oscura de la matemática o a las abstracciones filosóficas, y agregó: "nunca quiso pensar en el pensamiento, sino sólo en las cosas". Con su jugosa exposición, Alfonso Reyes nos pinta la existencia, obra y contorno del genio creador de Fausto.
Ordenado uno en la fe anglicana y otro en la budista, los itinerarios filosóficos de Berkeley y Vasubandhu ofrecen interesantes paralelismos. Los dos combinaron, de manera inusitada, el sentido común propio de los empiristas con el talante especulativo de la metafísica. En muchos sentidos Berkeley fue un nominalista, como lo había sido Vasubandhu en su juventud, que estableció en la percepción (y no en la idea abstracta) el fundamento del conocimiento. Con mayor o menor éxito, ambos trataron de redefinir el término existencia, alejándolo de ideas y abstracciones y centrándolo en la percepción. Ser (existir) es percibir y ser percibido. Su lucha contra el concepto los llevó, paradójicamente, a la atención al lenguaje: el análisis de la percepción es también el análisis de las expresiones que permiten evaluar lo percibido.