Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
En 2006 Carlos Monsiváis recibió el Premio de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara. En su discurso de agradecimiento abordó, además de su trayectoria, temas culturales, entre ellos la desaparición progresiva de un conjunto amplísimo de los conocimientos compartidos por las sociedades latinoamericanas (históricos, mitológicos, literarios, artísticos, políticos, costumbristas, incluso del uso del refranero). Este desvanecimiento, llamado por José Emilio Pacheco el proceso de «las alusiones perdidas», fue el centro del texto de Monsiváis, que ahora se publica en su integridad. Las alusiones perdidas refiere el proceso donde lo propio de cada generación, el olvido de muchísimas referencias de lo que las precede, se convierte en la tendencia irrefrenable de «jubilar» todo aquello del pasado que no sea de utilidad probada. El acervo de referencias históricas y culturales disminuye y a diario cada uno de nosotros pierde –casi siempre sin darse cuenta– un número de las alusiones que alguna vez fueron el eje del diálogo social y personal. El gran escritor José Emilio Pacheco, en su brillante presentación del galardonado, citó la frase de Octavio Paz: «Carlos Monsiváis es un nuevo género literario.»