Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
Los cazadores exhiben orgullosos las mejores piezas que han conseguido; los viajeros enseñan fotografías de los lugares más hermosos que han visitado; Fernando Savater es un certero cazador de grandes escritores y un viajero incansable a través de los libros.
En las páginas de esta obra da cuenta de algunas de sus mejores conquistas en la jungla de las bibliotecas: Edgar Allan Poe, Albert Camus, Erasmo, Voltaire, Schopenhauer, Dick Francis, los maestros de la novela policiaca y de la ciencia ficción. Aunque también habla de la educación que nos ayuda a vivir y de la experiencia vital que nos va educando.
"La música de las letras[/I] contagia entusiasmo lector, sabe concertar citas amorosas entre sus lectores y los libros que recomienda. Gracias a sus oficios como celestina, algunos descubrimos a Cioran, Rosset o Santayana. Seguiremos atentos a las recomendaciones de nuestro volteriano de guardia, lector puro y sólo escritor por necesidad."
Luis Muñoz Díez, Culturamas