Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
Este libro es un intento de volver a formular alguna de las preguntas esenciales que recorren el vasto campo del psicoanálisis desde su fundación. Y es justamente desde esas raíces freudianas desde donde se intenta situar la estructura mínima de la construcción del inconsciente, la ubicación del deseo entre la razón y la verdad, la necesaria articulación entre Narciso y Edipo, la pulsión de muerte como radical pulsión humana, la sublimación subvirtiendo a la cultura aunque sea su producto, y la identificación apuntando a la definición de lo humano como lo que justamente no puede terminar de ser. Todo esto conduce al sujeto a transcender una simple racionalidad de acuerdo a fines, convocándolo a una paradójica ética y lógica que se puede enunciar como que hay un Bien en el Mal y un Mal en el Bien, la cual condiciona su perenne conflictividad.
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