Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
Desde su irrupción en el panorama literario internacional, Etgar Keret ha cautivado a lectores de todo género y edad con su particular estilo literario. En relatos de unas cuantas páginas, Keret plasma situaciones límite de la vida diaria, que cuando es mirada a través de su minuciosa lupa, revela no tener nada de cotidiana. Su escritura refleja la volátil, violenta e incierta realidad de Medio Oriente, pero no desde la grandilocuencia ética o moral, sino mediante fugaces destellos de situaciones y personajes inmersos en un caos que los trasciende, en un intento por mantener la cabeza a flote, encontrando valor y sentido en el absurdo circundante. Entre los 49 cuentos que componen este volumen se encuentran algunos que ya se han convertido en referentes keretianos, como «Romper el cerdito», «Listo para disparar» o, el que da nombre al libro, «Extrañando a Kissinger». Producto de la inagotable imaginación de Keret, el lector se topará con unas gotas para aliviar la soledad, con un ángel demasiado perezoso como para volar o con una hermosa mujer que a fuerza de pedir a sus novios en turno que se vayan adecuando a lo que ella desea, termina convirtiéndolos en cómodos y blandos poufs que disfrutan inmensamente cuando se sienta sobre ellos y sonríe. Éstos son sólo unos cuantos elementos retratados por Keret, que harán reir, horrorizarse y dejarán perplejos a los lectores que decidan adentrarse en su universo.