Alfonso Reyes dijo de Goethe que si pecó por algo fue por querer aplicarlo todo al alcance de los sentidos, negándose a la mano oscura de la matemática o a las abstracciones filosóficas, y agregó: "nunca quiso pensar en el pensamiento, sino sólo en las cosas". Con su jugosa exposición, Alfonso Reyes nos pinta la existencia, obra y contorno del genio creador de Fausto.
Mientras aterriza en un aeropuerto europeo, Toru escucha una canción de los Beatles que lo hace retroceder a su juventud, al turbulento Tokio de los años sesenta. Recuerda entonces con melancolía a Naoko, la novia de su mejor amigo de la adolescencia. El suicidio de éste los distanció durante un año, hasta que se reencontraron e iniciaron una relación íntima. Sin embargo, la aparición de otra mujer en su vida lleva a Toru a experimentar el deslumbramiento y el desngaño allí donde todo debería cobrar sentido: el sexo, el amor y la muerte.