Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
Mohamed Chukri y Jean Genet se conocieron en Tánger en 1968. Sus conversaciones, recogidas en forma de dietario, se publicaron por primera vez en Estados Unidos en 1973 de la mano de Paul Bowles. En 1974, Genet regresó a Tánger, ocasión que inspiró un segundo libro que permanecería inédito hasta 1992. Estas páginas, escrita s con sobriedad e inmediatez, son un reflejo de la vida cotidiana de ambos autores (anécdotas, paseos, discusiones de asunto político y literario) y representan un testimonio íntimo y controvertido. Leyendo el diario de Chukri, veo y oigo a Genet con tanta claridad como si estuviera viendo una película sobre él. Para lograr semejante grado de precisión refiriendo hechos y palabras, se requiere una visión singularmente penetrante. William Burroughs