Elemento indispensable en la formación de toda persona culta sigue siendo hoy el conocimiento de las letras clásicas. El autor traza aquà un panorama de la literatura latina sin omitir nada esencial y dando una clara idea de las figuras y corrientes.
El autor se ha propuesto demostrar que los niños pueden tomar de una manera natural los problemas filosóficos e incluso con orden y claridad. Lo prueba por medio de ejemplos tomados directamente de los niños. Acude, inclusive, a formalismos científicos para apoyar ciertos supuestos de la capacidad de abstracción infantil, de la que muchos adultos carecen.