Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
Un hombre deja sin comer durante tres días a la perra de su hermano, por miedo a que ella lo ataque, mientras el hermano prodiga cuidados a su madre moribunda; otro hombre finge interesarse en comprar el departamento donde pasó su infancia, cuando en realidad sólo quiere imponer a los inquilinos que lo ocupan la misma disposición de los muebles de cuando su familia vivía ahí; una apacible carrera rutinaria en una pista de atletismo degenera en una batalla tribal por la supervivencia, al descomponerse el alumbrado; dos hombres que no se conocen esperan dos camiones que viajan en sentido opuesto en un páramo desierto y, bajo el calor calcinante, terminarán por intercambiar sus destinos. A través de las historias que conforman este libro, Fabio Morábito nos demuestra que la normalidad de la vida cotidiana es cualquier cosa salvo uniforme. En sus cuentos, la capacidad para torcer a través de detalles nimios el curso de los acontecimientos más comunes desemboca en situaciones extremas donde la desesperación y la comicidad van a menudo de la mano. Y, por encima de todo, el tema de fondo de todos los libros de Morábito la soledad, con sus momentos siniestros y también sus instantes luminosos