Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
La arena errante mide el paso del tiempo encerrado en una burbuja de cristal. Es también la materia de que están hechas las dunas del desierto y los médanos de la playa. Su incesante transformación engendra y devora, marca nuestra historia pública y personal. "En cierto períodos de la historia", dice Joseph Brodsky, "sólo la poesía -la suprema versión del lenguaje- es capaz de tratar con la realidad gracias a que la condensa en algo asible, algo que l amente no podría captar de otra manera." La arena errante llega al comienzo de un siglo y al final de otro, de imensas realizaciones en todos los campos pero también de muerte y exterminio, el siglo que más vidas ha cancelado en nombre de la exaltación de un "nosotros" y la cancelación de un los "otros". Aquí la especie humana aparece en toda su desnudez y con todo el sinsentido de sus infamias entre las llamas de la historia y la arena del tiempo. Pero también hay una celebración del privilegio de estar vivos y el asombro ante la frescura y la vitalidad que se renuevan y triunfan cada día.
La arena errante es el más reciente libro de José Emilio Pacheco y el número doce de una serie iniciada en 1963 con Los elementos de la noche. La incesante variedad de temas y de sus formas, el ejercicio del derecho de escribir acerca de todas las cosas en una versificación española que aspira, aun en los poemas extensos, al laconismo y la armonía del haikú y la concisión y velocidad de los epigramas griegos figuran entre los rasgos que hacen de La arena errante el más consumado y entrañable de sus libros.