El autor sostiene que la economÃa y la literatura tienen puntos de contacto y para demostrarlo aborda los siguientes temas: el origen histórico de la filosofÃa y del dinero acuñado, asà como la postulación bivalente que afirma que las palabras señalan cosas concretas y que el dinero implica la posibilidad de obtener bienes si aceptamos que la literatura es valorable.
Escribí este libro en 2008. Lo escribí porque echaba de menos a una chica. Nos conocimos en un intercambio escolar pero luego se esfumó. Pasamos un tiempo escribiéndonos cartas y poco a poco fuimos perdiendo el contacto. Entonces tenía 16 años y tecleé estas líneas sin saber que diez años después lo leería alguien como tú, así que me da un poco de reparo enseñar este texto lleno de rabia, lágrimas y amor adolescentes.