Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
En la finalidad del tiempo, antología poética de José Emilio Pacheco, Jorge Fernández Granados, uno de los mejores poetas y críticos de la nueva generación mexicana, pone al alcance del lector en un solo volumen una selección crítica de una obra extendida ya a lo largo de varias décadas, testimonio de su país y de su tiempo pero también prueba de amor y fe en el poder de la palabra. Fernández Granados propone una visión conjunta y rigurosa de los doce libros de Los elementos de la noche y El reposo del fuego a La arena errante y Siglo pasado, sin excluir No me preguntes cómo pasa el tiempo ni El silencio de la luna, todos publicados por Era en volúmenes individuales que forman una obra viva en cuyo centro late el paso del tiempo en su doble e inseparable aspecto de constructor y destructor. Con una gran variedad de voces y de formas poéticas del epigrama y el haikú al versículo y el poema extenso aparecen en esta antología la tragedia, la Violencia y la fugacidad, al lado del fulgor de la hermosura y la celebración del hecho incomparable de estar vivos. Pacheco ha demostrado que todo en el mundo puede ser tema de la poesía. No hay nada que no pueda decirse con el instrumento preciso y lacónico del verso.