Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
Viajes en la América ignota consigue sustraerse a las convenciones de la costumbre para
descubrirnos, en el tono imperturbable de una bitácora de viaje, cuán exótica es todavía América.
Puede ser Washington, donde el viajero sufre las imperativas señales de tráfico, los destacamentos
de medicinas expuestos en las farmacias o los locos callejeros; La Habana, en el primer contacto
con los nuevos hábitos y nomenclaturas de la revolución; o México, sin ir más lejos, donde se dedica
a examinar ciertas costumbres locales como si fueran fenómenos nunca antes descritos, y se distrae
inventando juegos para enfrentar mecanismos idiosincráticos cotidianos: cómo viajar en camión;
cómo divertirse en la playa a costa de la candidez del prójimo, a quién recurrir en caso de apagón o
cómo entretener a los turistas.
Estas páginas muestran las múltiples oportunidades de esparcimiento que ofrece un continente