El autor sostiene que la economÃa y la literatura tienen puntos de contacto y para demostrarlo aborda los siguientes temas: el origen histórico de la filosofÃa y del dinero acuñado, asà como la postulación bivalente que afirma que las palabras señalan cosas concretas y que el dinero implica la posibilidad de obtener bienes si aceptamos que la literatura es valorable.
El monumento como obra narrativa, la arquitectura, que tan cerca está de la construcción de una historia, necesita de pilares que se eligen de acuerdo a su creador. Una novela, me atrevo a decir, no es solo la idea de un solo autor, de una autora, sino de muchos, de voces que se van concatenando en un devenir histórico que, por supuesto, se manifiesta en la diégesis, en el relato.