Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
Visionario a fuerza de desengaño al que la pasión de ver despejadamente ha quemado los ojos, alma alerta, E. M. Cioran es una de las figuras intelectuales más notables del siglo XX. Adiós a la filosofía y otros textos antología que da cuenta de manera plenamente significativa de todas las obsesiones del autor, como el destino de los pueblos, la decadencia, el fanatismo, la compleja maldición de la literatura, el suicidio o la imposibilidad necesaria de la filosofía comprende, como afirma Fernando Savater, todo Cioran, completo y verdadero, no una simple muestra, pues la lucidez no tiene la obligación imperiosa de la variedad compulsiva: no salta de lo uno a lo otro, sino que ahonda en lo que los demás pretenden olvidar.