Marc Slonim proporciona una admiorable introducción pqara los que se inician por los caminos de la novela, el cuento, el teato y la poesÃa rusos y un recordatorio vivificante para los viejos entusiastas de la gran riqueza de esta literatura y de sus más altos representantes.
Mamá dijo: --Quédate ahí que no me tardo. --¿Me lo prometes, mamá? --¡Claro que sí! Sólo voy a comprar un kilo de arroz para la cena. --Ella mintió. No regresó. Me quedé sola.