Marc Slonim proporciona una admiorable introducción pqara los que se inician por los caminos de la novela, el cuento, el teato y la poesÃa rusos y un recordatorio vivificante para los viejos entusiastas de la gran riqueza de esta literatura y de sus más altos representantes.
Me quedo mirando al tío Enrique y alcanzo a ver que la gallina bate enérgicamente las alas sobre uno de sus hombros. Mi hermano también la ve. Se le queda mirando y me susurra: "Ve por ella." Yo ni me muevo. Él se impacienta, se levanta y se lanza sobre ella gritando: "¡Al ataque!" y la camica del tío Enrique comienza a inflarse.