Marc Slonim proporciona una admiorable introducción pqara los que se inician por los caminos de la novela, el cuento, el teato y la poesÃa rusos y un recordatorio vivificante para los viejos entusiastas de la gran riqueza de esta literatura y de sus más altos representantes.
Con miles de millones de años de ser testigo de la vida en la Tierra, de ver a cien mil millones de humanos en su vida cotidiana, de sentirse increíblemente sola y de escuchar su propia historia contada por otros, a la Vía Láctea (con sus cien mil millones de estrellas y cincuenta undecillones de toneladas de gas) le gustaría hablar por sí misma.