En 1797 aaprecio en Holanda La nueva Justine o las desgracias de la virtud, seguida de la historia de Juliette, su hermana, Escrita por Donatien Alphonse Frocoise de Sade, esta monumental obra horrorizo al mundo como ninguna otra historia de la literatrura.
Este panfleto, escrito entre el invierno y la primavera de 1814 para preparar el retorno de los Borbones al trono de Francia, fue para Chateaubriand uno de esos gestos resueltos e instintivos que nacen de la imaginación y dinamitan todos los puentes tras de sí. El autor tenía como misión convencer a los franceses de que, para evitar una nueva república o la instauración de un gobierno extranjero, era preciso restituir la confianza en los Borbones y juntos acabar con el poder absoluto, dotando a Francia de una monarquía constitucional. Pero la frialdad y la lucidez del periodista político se mezclan de manera imprevisible y conducen a una marea inquietante. En el cesarismo de Napoleón se entrevé el nacimiento de un mito moderno que no es copia de ninguno antiguo: aparece la figura del dictador, y no del tirano. Chateaubriand quiere esbozar un retrato particular, pero termina describiendo en detalle a los dictadores que hemos visto señorear en el siglo xx.