El autor sostiene que la economÃa y la literatura tienen puntos de contacto y para demostrarlo aborda los siguientes temas: el origen histórico de la filosofÃa y del dinero acuñado, asà como la postulación bivalente que afirma que las palabras señalan cosas concretas y que el dinero implica la posibilidad de obtener bienes si aceptamos que la literatura es valorable.
Cada vida cuenta una historia tan compleja y profunda que, incluso después de la muerte, se tiene la sensación de que no todo acabó, que algo quedó que impide la desintegración total de la memoria.