Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
El presente catálogo, memoria y complemento de la muestra que se lleva a cabo en el Museo Casa Estudio, permite al lector adentrarse en la obra del pintor, muralista, escultor, dibujante, grabador y diseñador industrial, Xavier Guerrero. De él se ha destacado siempre, aparte de su asombroso dominio de las técnicas, su "refinamiento formal".En estas páginas, se muestra a Guerrero, pionero por partida doble: cofundador del muralismo y cofundador del diseño industrial en México.Fue pionero del muralismo por haberle tocado participar en la decoración de los primeros muros e imprimir en ellos. Junto con un grupo de colegas, el sello técnico, formal y temático que sería su característica a lo largo de las primeras décadas del siglo XX. Pero, también, por venirle de la familia el conocimiento de la aplicación de la pintura al fresco, entonces olvidada por completo.En el diseño industrial también fue pionero en nuestro país, junto con su esposa Clara Porset, notable profesional de esta disciplina, aportaron su sensibilidad de artistas plásticos y su profundo respeto por la tradición popular mexicana