El historiador y crítico Boris Illarionov describe en esta obra la manera en que se fue conformando la personalidad creativa de Gloria Contreras: la variedad de sus influencias, la formación acumulada en una vida dedicada al ballet, sus rasgos de carácter. En el centro de toda esa galaxia de pequeñas notas formativas estuvo Rusia, por la vía del encuentro: Gloria Contreras hallo en su camino a Gueorgui Balanchivadze, famoso en Occidente como George Balanchine, quien le reveló los misterios ocultos del arte del ballet que le pertenecían.Gracias a ese encuentro, Gloria Contreras logró stablecer una correlación entre lo universal y lo estrictamente propio de la cultra mexicana. Al crear obras impregnadas de reflexiones acerca de lo humano, sus problemas existenciales y vivencias espirituales, desarrolló las tradiciones del balletnacional propiamente dichas, decubriendo posibilidades antes desconocidas para entender la individualidad en su compleja relación con el mundo.