Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
Hay un antes y un después de la poesía de Ramón López Velarde en la tradición lírica mexicana: del modernismo a la modernidad, de la provincia a la capital, de la devoción al pecado y de una idea estentórea de la patria a una más personal e íntima, su obra se reconoce ya como una de las experiencias literarias más luminosas del siglo xx mexicano.Con una imaginación poética inusitada y un uso virtuoso del lenguaje y su maleabilidad, la obra de López Velarde es una experiencia personalísima que, por curioso que parezca, termina por ser el retrato de una sociedad y un tiempo determinados: al hurgar en sus entrañas traza la espléndida postal de un país que se asomaba a los albores del nuevo siglo. Lo logra con una deslumbrante retórica que oscila, como un péndulo, entre los rituales y atavismos del pasado y la tentadora promesa del futuro: su obra es la pura tensión del instante entre ambos abismos.Para decirlo en sus palabras:Uno es mi fruto:vivir en el cogollode cada minuto.En este volumen, que pone a la disposición de nuevos y viejos lectores la obra de un poeta fundamental, reunimos los tres títulos de poesía escritos por el autor de Jerez: La sangre devota (1916), Zozobra (1919) y El son del corazón (póstumo, 1931).