Esmé Weijun Wang, autora de Todas las esquizofrenias, no recibió el diagnóstico oficial de trastorno esquizoafectivo de tipo bipolar hasta 2013, ocho años después de haber comenzado a sufrir alucinaciones. Aunque era capaz de llevar una vida relativamente convencional, en ocasiones se veía asaltada por episodios psicóticos que la persuadían de estar muerta, o de que unas arañas le horadaban el cerebro, o de que un androide había suplantado a su marido.