Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
Libro fundamental para una primera aproximación a Karl Marx (1818-1883), la lectura de El dieciocho Brumario de Luis Bonaparte (1852) nos acerca a algunas claves del pensamiento de su autor, especialmente a su modo de enfocar los fenómenos políticos y a su concepción del cambio social y los procesos históricos. La agitada evolución de la Segunda República francesa (1848-1852) -a la que dio fin el autogolpe protagonizado por Luis Napoleón Bonaparte, que ha quedado como modelo histórico a la luz del cual se ilustran numerosos procesos políticos posteriores- representaba para Marx, en efecto, un excelente caso de estudio para confirmar su teoría sobre el materialismo histórico. Tales acontecimientos anticipaban el fracaso histórico de la burguesía y habrían de justificar en último término, ante el hipotético atrincheramiento de las fuerzas contrarrevolucionarias en el aparato del Estado, la completa destrucción de éste.
Introducción y traducción de Elisa Chuliá