Elemento indispensable en la formación de toda persona culta sigue siendo hoy el conocimiento de las letras clásicas. El autor traza aquà un panorama de la literatura latina sin omitir nada esencial y dando una clara idea de las figuras y corrientes.
Rumiantes y fieras persevera y amplía a la vez los temas y tonos más propios de la poesía de Antonio Deltoro. Ya el binomio del título, formado por términos hasta cierto punto opuestos, anuncia un conflictivo juego de contradicciones que afecta a todos los niveles de la existencia, tanto físicos como morales. Así, este conjunto de poemas, sin dejar de ser fiel a la compleja intimidad de su autor, oscila entre el microcosmo y el macrocosmo, el mundo doméstico y el salvaje, el abandono de un contemplativo y la actitud incisiva de un penetrante observador, la apariencia inofensiva y la implacable realidad de la naturaleza, en cuya virtiginosa cadena de vidas y muertes, todos los seres-por ínfimos o enormes que sean- resultan victimas o verdugos de alguien. Ante este inevitable panorama, los fluctuantes versos de arte menor- con su aguilidad escurridiza, donde rasagos líricos se unen a los narrativos, la imagén a la anécdota- favorecen la visión dinámica, abierta e inconformista de esta poesía, que siempre trata de ponerse en el lugar del otro, lo animado y lo inanimado, a veces para deshumanizarse.Antonio Deltoro, que"quisiera fundar una religión de agradecidos", reconcilia en su espirítu credor la cordialidad machadiana y la abismada lucidez de Octovio Paz, hasta componer una de las obras más hondas y personales de las últimas décadas.