La mayoría de las personas tiene miedo a las serpientes de cascabel, y existe una buena y verdadera razón para ello tiene un aparato venenoso que utilizan como defensa cuando se sienten amenazadas. Paradójicamente, muchas personas buscan encontrar en ellas un remedio contra males o enfermedades, más por causa de mitos o falsas creencias que por su verdadera efectividad como tratamiento, lo que trae como consecuencias su pérdida del medio silvestre. Esta dualidad entre peligrosas y temidas pero a la vez buscadas y eliminadas de la naturaleza por los usos que se les dan o por odio, coloca a las serpientes entre el peligro y la conservación.